Glaseado: Se disuelve un paquete de gelatina sin sabor en un cuarto de agua de taza fría. Luego se calienta la mezcla, se revuelve sin cesar y se deja refrescar.
Cuando la gelatina comience a cuajar, se va echando sobre las flores con una cuchara. Cada flor, ya glaseada se coloca sobre la plancha de espuma, sin que roce con las demás y se pone a enfriar en el refrigerador.
Cuando se seque el glaseado , se incorpora al ramo. Este procedimiento permite que las flores se conserven frescas y crujientes por mucho más tiempo.
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