Es un mito que los padres y abuelos nos criaron con la idea de, a más estímulo más desarrollo intelectual, de esta manera estaríamos preparando un genio para el futuro.
Los sicólogos advierten que el demasiado estímulo en los bebés podría traer consecuencias nada gratas.
Los abuelos pensaban que sobre estimular a los pequeños nos daría como resultado un genio en potencia, no es verdad que a más estímulo mayor respuesta y que un ambiente rico en estímulos contribuiría al mejor desarrollo de la capacidad intelectual .
No es verdad que a mayor estímulo reciba un niño desde pequeño se beneficiará su desarrollo intelectual y físico, dejemos que el desarrollo intelectual y físico de los niños sea espontáneo.
En nuestro medio se conoce padres con ideas modernas, preparar a los pequeños para la universidad, desde que está en la cuna, esto puede resultar perjudicial para los pequeños.
Los bebés no están sicologicamente preparados para recibir sobredosis de estímulos, expertos en el desarrollo de los infantes ponen como ejemplo, colocar un móvil de colores brillantes, con música, observando al niño muchas veces lo encontramos mirando fijamente los colores brillantes y quien sabe, quizá este infante se sienta sumamente perturbado y frustrado, porque sus condiciones físicas no le permiten alcanzar el objetivo.
Es entonces que los padres debemos darnos cuenta que un exceso de estímulos puede ser desconcertante para el pequeño que todavía no tiene capacidad para tolerar una lluvia de estímulos.
Si observamos atentamente a los niños, cuando a un pequeño tratas de distraer con un juguete sonoro y brillante, muchas veces la respuesta de estos es de llanto e incomodidad y trata de zafarse de ese momento, quien sabe quizá el pequeño desea un momento de tranquilidad, sosiego y descanso.
Dejemos que los niños tengan su espacio, el cual debemos respetar, todo a su tiempo y sin exagerar.
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