El valor nutritivo de los alimentos, la química de su combinación y la manera adecuada de prepararlos y de servirlos, debido a los hábitos y costumbres adquiridos desde nuestra infancia y la incorporación de conceptos erróneas que han ido formando parte de nuestros gustos, se a echo oídos sordos al llamado de la naturaleza, y de esta manera hemos pagado las consecuencias, cuando el remedio lo tenemos al alcance de la mano y nos es caro, solo tenemos que agregar un poquito de voluntad.
Ante todo busca alimentos sanos y naturales, evita alimentos pre cocidos , con preservantes.
Procura consumir legumbres y vegetales bien lavados, crudos o cocinados al vapor.
Equilibra tu digestión, comiendo siempre una ensalada verde.
Comienza el día con un desayuno de frutas, jugos, zumos, etc.
Quita de tu mente el mito de la energía, alimentándote con sustancias fuertes, que al ser procesadas, requieren de más energías.
No comas demasiado, ten en cuenta que comiendo menos se vive más, evita la glotonería, no comas por comer.
Una dolencia en el organismo, es como un huésped indeseable, evita comer , el organismo es una máquina perfecta y está dispuesto a resolver los problemas si le damos una oportunidad.
Come mucha fruta fresca al día, uvas, plátanos, peras, duraznos, tu organismo lo agradecerá
No tomes mucha leche ni productos lácteos, crean mucha secreción, consume con moderación, todo exceso es malo.
Trata de seguir un régimen de vida donde predominen las frutas y los vegetales, obtén proteínas de granos naturales, huevos y pescado.
Los alimentos ricos en proteínas y los feculentos no deben combinarse y si lo hacen,neutraliza los efectos negativos con una buena ensalada cruda.
Haz una costumbre comer sano, y sin enfermedades, te sentirás mejor y llena de energía las 24 horas de día.
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